Hoy he realizado un taller de mindfulness con las estudiantes de educación infantil de la Florida Universitaria. La finalidad de la sesión era hacer una introducción para conocer qué era el mindfulness y tener estrategias para poder aplicarlo en sus aulas.
La sesión se ha dividido en dos partes: la primera eran ejercicios para que ellas mismas lo practicaran. La segunda era destinada a conocer como podemos aplicar los ejercicios de mindfulness en la aula de infantil.
Primero les he invitado a dibujar como estaba su mente en ese momento y compartirlo con la clase. La mayoría de sus dibujos se basaban en un círculo lleno de palabras y dibujos que hacían referencia a sus experiencias pasadas o con tareas que tienen que hacer en el futuro. De esta forma hemos tomado consciencia de cómo no estamos viviendo en el presente y que por lo tanto debemos “reprogramarnos” para vivir con atención plena.
Después hemos pasado a conceptualizar el término de mindfulness. Para ello, he decidido explicarlo con una pasa. ¿Sabes como es una pasa? ¿Sabéis que las pasas hablan? Escúchala. ¿Cómo huele una pasa? ¿Qué tacto tiene una pasa?
Relacionarnos con la pasa a partir de los cinco sentidos nos ha ayudado a centrar la atención en algo en concreto, en este caso la uva. A partir de esta metáfora hemos podido entender que el mindfulness es la atención plena, ser conscientes del momento presente. Entre las alumnas se han establecido conversaciones interesantes como la siguiente:
– ¡Qué fea es!
– Hombre, puedes encontrar lo bello en lo feo.
Esto nos ha llevado a hablar de uno de los principios del mindfulness: el no juicio.
Cuando ya hemos conocido el concepto, hemos empezado a practicar con ejercicios como: estar en silencio y los ojos abiertos (¿Qué pasa en estos momentos? ¿Cómo nos sentimos cuando aparentemente no hacemos nada?)
Estar en silencio, con los ojos abiertos y observar a mi alrededor (¿Qué soy capaz de ver que antes no veía? ¿Cuándo voy por la calle realmente estoy andando o ya estoy en mi casa haciendo tareas sin aun haber llegado?, centrarnos en la respiración con los ojos cerrados y controlar los pensamientos que nos vienen a la mente ( levantar la mano cuando nos venga un pensamiento)…
El juego de distracción basado en ser capaz de centrarme en la respiración sin que me despiste lo que ocurre en el exterior…
A parte de estas actividades también he incorporado el sonido del cuenco tibetano, el cual era desconocido para alguna de ellas. Algunas hemos podido meditar a través de su sonido y dejarnos llevar por sus vibraciones.
Para finalizar, hemos hecho unos ejercicios más lúdicos para enseñar lo que he citado anteriormente a través del juego. Los ejercicios se basan principalmente en los que se exponen en el libro “Educación Mindfulness: El cultivo de la consciencia y la atención para profesores y alumnos.” (podéis comprarlo aquí) , el cual recomiendo para aquellos docentes que queréis incorporar el mindfulness en vuestra aula. No obstante, no os olvidéis que este trabajo empieza por uno mismo…
Por último, siempre me gusta recoger las voces de los que participan en el taller. Para conocer su experiencia y evidentemente para seguir mejorando. La respuesta de las alumnas con el taller ha sido positiva y agradezco su implicación en la actividad. Estos han sido algunos comentarios:
Deseo que les haya servido para vivir más en el presente y para animarse a incorporarlo en sus futuras prácticas profesionales.