Irene López Secanell

Con este post inicio un apartado nuevo en el blog dedicado a la meditación y el mindfullness. Ello se debe a la formación profesional que he iniciado con Instituto Mithila para poder transferir mis aprendizajes en distintos ámbitos. Previamente ya tenía experiencias personales en relación al tema, pero actualmente me adentro en un ámbito más profesional.

Los posts que publicaré de ahora en adelante no pretenden exponer teorías en relación a la meditación. Mi vinculación con la docencia hace que mi propósito sea exponer mi experiencia personal junto con ejercicios prácticos que podéis llevar a la práctica a nivel personal o incluso en vuestras aulas.

La primera vez que medité me percaté de las dificultades que tenía para que mi mente dejara de pensar en lo que haría en las horas siguientes o incluso, en lo que hice el día antes. Era un poco desconcertante y frustrante, ya que era como si yo no perteneciera a mi propio cuerpo. Además era una prueba evidente de cómo no estaba viviendo el presente. Vivía en tiempos pasados -que ya no volverían- y en tiempos futuros –que no sabía como serían-. En cierto modo estaba viviendo un engaño, un sabotaje por parte de mi mente.

Con el paso de los días y la práctica de la meditación, fui aprendiendo a desapegarme de la mente, a “dominarla” desde la consciencia, a ser consciente de cuáles eran aquéllos pensamientos que se me dibujaban para decidir qué quería hacer con ellos. Para comenzar a trabajar este aspecto os recomiendo hacer un ejercicio práctico muy sencillo: contar de 20 a 0 con cada exhalación. Colócate en una postura cómoda. Aunque generalmente asociemos la meditación con la posición de loto, ésta no es imprescindible para meditar. Podemos meditar sentados, tumbados e incluso andando. Comparto con vosotros unas orientaciones para tener una postura correcta de meditación. Las imágenes son propiedad del Centro Budista Triratna de Valencia donde realicé un curso introductorio de mindfullnes y que recomiendo que visitéis.

Con los ojos preferiblemente cerrados y manteniendo una postura cómoda, relajada y atenta, realiza dos inhalaciones profundas con sus correspondientes exhalaciones lentas. Luego respira con tu ritmo natural y empieza a hacer una cuenta atrás (20-0) con cada exhalación que hagas. Cuando un pensamiento venga a tu mente, toma consciencia de ello, míralo y vuelve a centrar tu atención a la respiración. Ejercicios sencillos como éste te ayudan a romper el mito de que “meditar” es poner la mente en blanco. Todo lo contrario. Es atención consciente.

¿Y para qué? ¿Por qué tengo que meditar? Desde un punto de vista científico, existen estudios que demuestran los beneficios de practicar la meditación (ver aquí) Entre ellos encontramos la mejora del sistema inmunológico, mayor autoconocimiento, la disminución de la ansiedad, el estrés y/o la depresión, entre otros.

Desde una perspectiva más espiritual, debemos meditar para despertar nuestra consciencia y encontrar nuestro “yo” real. Como dice Francisco Redondo, en nuestro día a día tenemos muchos “yo” que emergen según los contextos donde nos movemos e interactuamos: el yo perezoso, el yo deportista, el yo estudioso, el yo romántico… Somos seres poliidentitarios, capaces de integrar diversas identidades para crear una identidad compleja y humana que nos hace únicos. La meditación nos ayuda a llegar a esta esencia.

El tema del “yo” es muy interesante y a la vez muy complejo de trabajar. En mi tesis doctoral ya hice referencia a la importancia de encontrar nuestro YO mediante los proyectos vitales (enfocado en el ámbito de la educación). El hecho de vincular la meditación con mi experiencia en el ámbito educativo me permite poder recomendaros un ejercicio práctico para reflexionar sobre nuestro yo: enfrentarse al papel en blanco. Coged una hoja y responded estas preguntas: ¿Quién soy? ¿Hacia dónde voy? ¿Cuál es mi papel en el mundo?

No debéis pretender encontrar la respuesta. Simplemente escribid, evocad aquello que tenéis en vuestro interior. Puede que al principio os cueste, a lo mejor estáis semanas solamente escribiendo frases aparentemente sin sentido, pero realmente os estáis ayudando a conoceros más para encontrar vuestro “yo” real y vuestras posibilidades de existencia. Nadie dijo que encontrarnos fuera un camino fácil…

*Mis agradecimientos a Instituto Mithila con quién he iniciado un proceso de formación profesional en meditación y mindfullness.

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